Siempre
se ha hablado de la necesidad que tienen
las empresas de encontrar clientes nuevos, de la contracción del mercado, de la
menor demanda de nuestros productos y de la dificultad para mantener el volumen
de negocio, hay que recordar algo básico como la importancia que tienen los
clientes actuales y la oportunidad de negocio que puede aportarnos el
mantenerlos satisfechos y fieles.
“más vale conocido, que nuevo por
conocer”
Si
es cierto que los clientes actuales son de vital importancia para una empresa
no se puede olvidar que los nuevos clientes son la clave para el crecimiento de
esta, de lo contrario se quedaría estancada.
No
creo que este dicho deba ser aplicable a las relaciones comerciales, debido a
que de esta forma se estarían serrando las puertas a nuevas oportunidades de
negocios que pueden llegar a ser malas claro pero también pueden llegar a ser muy fructíferas.
Con
los antiguos clientes se tiene cierta seguridad que con los nuevos no hay, pero
hay que recordar que un negocio se basa en la constante toma de decisiones
arriesgadas para conseguir ganancia.
Me
atrevo a decir que los nuevos clientes son más importantes que los antiguos, ya
que estos nos hacen crecer, hace que nuestro nombre se más reconocido, nos
abren puertas a nuevas oportunidades.
Cuando
una empresa deja de recibir clientes nuevos se frena y es propensa a ser
devorada por la competencia ya que no puede dar la talla a los constantes
cambios del mercado debido a que esta con lo mismo clientes que no le aportan
nada nuevo.
Vivimos
en una sociedad en la que la captación de un cliente viene en la mayoría de los
casos a partir de una recomendación y, por el contrario, un cliente
insatisfecho se dice que tendría impacto negativo en diez posibles clientes
futuros.
Las
empresas necesitamos clientes fieles, que amen nuestras marcas, que estén
satisfechos con lo que les ofrecemos, y necesitamos identificarlos, entenderlos
y realizar acciones sobre ellos para que se sientan especiales y nos
recomienden a otros.
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